jueves, 5 de noviembre de 2009

la amistad significado

Alguien es amigo de veras cuando podemos estar juntos como si estuviéramos ausentes.
Un filósofo envigadeño dijo que amigo es aquel con quien tenemos secretos y no negocios. La amistad es un sentimiento indefinible. Para empezar, no depende de la asiduidad del contacto. Muchos han sentido el frío de permanecer junto a una persona toda la vida sin vislumbrar su alma, nada querible ni reconocible o compartieron una mesa con un grupo de contrabandistas, banqueros o simples ladrones de calle o campesinos rasos y siguieron siendo los mismos al levantarse, desde los años de la Magdalena.
Todos hemos tenido la experiencia feliz de hallar un amigo que se diluye luego entre los seres indiscernibles de este mundo deleznable. Todos hemos tropezado por azar una persona que parecía antipática de lejos, por su aspecto, los gimientes zapatos o algún vicio aparente de carácter, que se fue embelleciendo hasta convertirse en compañero infaltable, a medida que penetramos en su ser, su sensibilidad y su clima. La amistad es un microclima. Se habla del calor de la amistad.
Por la magia de la amistad vencemos de algún modo sutil a la muerte. Esta vuelve incorruptibles a los amigos muertos. Yo mismo tengo unos pocos amigos idos de quienes jamás me aparto. Que van conmigo siempre. Y me ayudan a sobrevivirme.
Existen amistades enigmáticas. Entre personas que jamás se vieron las caras. Quién no estableció alguna vez una amistad epistolar, amorosa o intelectual. Internet ha multiplicado la posibilidad de esta clase de correspondencias. Esto probaría que lo que importa no es el cuerpo, sino el espíritu. Lo que pensamos. No lo que pesamos. Pero, además, la amistad no está hecha siempre de meras concordancias. De hecho, todo encuentro se produce en la diferencia. Para lo otro existen los aduladores y los espejos.
La forma más indigna de expresar la devoción por otro es empuercando a sus adversarios. Hasta para odiar se necesita grandeza. El que es enemigo mezquino será amigo pequeño también.
Quienes hicimos de los libros una vocación contamos con las amistades entrañables de nuestros autores predilectos. Siempre volvemos a Montaigne para entender la cobardía, la amistad y la ecuanimidad. A Montale, para la luz de los limones. A Nietzsche para afinar la desconfianza. Sartre dijo que la literatura es una comunidad con los muertos.
La amistad es también una reunión de solitarios. Alguien es amigo de veras cuando podemos estar juntos como si estuviéramos ausentes. El silencio es un tesoro que solo se puede compartir entre amigos viejos. No hay nada tan opresivo como el silencio de un extraño. Fuera del ruido del insensato.
Lo que a veces llamamos amistad por ligereza son uniones superficiales, roces sociales. Uno dijo que la felicidad es un bosque de amigos. Pero un bosque de amigos es imposible. Eso es una asamblea. O un linchamiento. La amistad es un jardín de invernadero. Es decir, si tienes una suerte endemoniada. Los griegos creían que un solo amigo es un privilegio que los dioses no conceden a todos. Nietzsche, el aristócrata, despreciaba al hombre de muchos amigos porque, decía, estaba a la altura de muchos. Aristóteles dijo: oh, amigos míos, no hay amigos.
La insidia suele ocultarse bajo el honesto traje de la moralidad. Pero es una vieja ley sicológica válida desde los tiempos de David y Urías, que los pecados que más nos escandalizan en el prójimo son los propios. El escándalo no hace más que revelarnos. Como los chistes que nos hacen reír.
La palabra amistad es misteriosa. Cómo pueden ser amigos una mosca y un elefante, nadie sabe. Pero vemos cómo abusan de las ambigüedades de la noble palabra, amigo para lanzar, envueltos en recuerdos eruditos de cartilla, dardos estercolados, gaseosos, gargajos gratuitos, contra un adversario político, los que esconden bajo las casullas de los principios el rencor de oficio del amargado y el interés de una camarilla. Pervirtiendo de este modo la actividad política y el periodismo al mismo tiempo. Sin aportar algo, que es lo peor, al antiguo y difícil arte de la injuria.


Nueva hipótesis explica la amistad entre humanos
Está inspirada en las alianzas entre países para afrontar unidos los conflictos
La amistad humana tiene su origen en la necesidad de tener aliados que nos ayuden en potenciales conflictos, afirma un equipo de psicólogos estadounidenses. El estudio de los mecanismos cognitivos subyacentes a la amistad ha revelado que las personas valoran a sus amigos (el grado de amistad con ellos) en función de lo que creen que sus amigos los valoran a ellos. De esta forma, los individuos se garantizan la ayuda cuando la necesiten, aunque en lo inmediato la amistad no les reporte ningún beneficio. Teorías anteriores habían apuntado a que la amistad humana estaba relacionada con la riqueza, la popularidad social o las similitudes entre amigos, pero esta nueva hipótesis apunta a algo más complejo y explicaría comportamientos como el porqué de que a la gente le preocupe tanto las comparaciones con otros miembros de su propio círculo social. Por Yaiza Martínez.

Un equipo de psicólogos de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, ha establecido, mediante el estudio de los mecanismos cognitivos subyacentes a la amistad, que la forma en que “puntuamos” a nuestros amigos (como más o menos amigos nuestros) está muy relacionada con la forma en que creemos que ellos nos “clasifican” a nosotros. En un artículo aparecido en la revista PlosOne.org, los científicos explican que estos mecanismos cognitivos están diseñados para que formemos grupos de apoyo en posibles conflictos. Esta interpretación de la amistad humana se enmarca en una nueva teoría bautizada como “Hipótesis de la alianza para la amistad humana”, que se aleja de las tradicionales interpretaciones sobre por qué hacemos amigos, más enfocadas en la riqueza, la popularidad o las similitudes entre los interesados. Escoger y ser escogido Según explica la Universidad de Pensilvania en un comunicado, el estudio de los psicólogos Peter DeScioli y Robert Kurzban, sugiere que el ser humano escoge a sus amistades priorizando a aquellos individuos que tenderán a ayudarle más en los conflictos, frente a los que sabe que no lo ayudarán o que no se comprometerán con él. Esto es lo que se desprende del análisis sobre las elecciones de amistades, que fue realizado por los investigadores utilizando la llamada “Teoría de juegos”, un área de la matemática aplicada que utiliza modelos para estudiar interacciones. Los participantes en el estudio clasificaron a sus amigos más íntimos a partir de ciertas premisas, como los beneficios que recibían de ellos, el número de secretos compartidos o cuánto tiempo duraba su amistad. En todos los casos, los rankings de amistad resultantes estuvieron muy relacionados con la idea que tenía cada participante de la importancia o el lugar que le daba el amigo al que estaba “clasificando”, dentro del conjunto de amistades de este último. Según explica DeScioli, “tradicionalmente, la hipótesis principal sobre porqué los humanos construimos las amistades ha sido la de para intercambiar bienes y servicios. Sin embargo, en nuestra investigación nos centramos en el hecho de que la amistad implica algo más que el intercambio. La gente quiere amigos que cuiden de ellos y no sólo que les den algo a cambio. Creemos que la hipótesis sobre la alianza puede explicar porqué los amigos están preocupados principalmente por las necesidades de otros, más que por los beneficios que puedan obtener de ayudar a los otros”. Aliados frente a los conflictos Las explicaciones evolutivas tradicionales afirman que la amistad humana responde a la Teoría del Altruismo Recíproco: la amistad funciona por patrones de intercambio. Sin embargo, evidencias empíricas recogidas por la psicología social no se corresponden con esta teoría. Por ejemplo, estudios previos al de la Universidad de Pensilvania han demostrado que la gente no mantiene la cuenta exacta de los bienes dados y recibidos en una relación estrecha. Por otro lado, se ha comprobado que la gente parece ayudar a sus amigos, incluso cuando es improbable que éstos puedan devolverles el favor. Por tanto, tiene que haber otros factores que propicien el comportamiento amistoso humano. La Hipótesis de la alianza para la amistad humana que defienden DeScioli y Kurzban tiene su origen en los modelos de alianzas y acuerdos entre países. Estas alianzas se crean para prever las situaciones conflictivas con terceros, aunque de ellas no se espere ningún beneficio a cambio, de manera inmediata. Desde esta perspectiva, según Kurzban se puede decir que “las amistades están relacionadas con las alianzas. Vivimos en un mundo donde el conflicto puede surgir y los aliados deben estar preparados de antemano. Esta nueva hipótesis tiene en cuenta cómo valoramos estos acuerdos”.
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Comportamientos y tácticas “De alguna manera, uno de los principales pronosticadores de la amistad es el valor de la alianza. El valor de un aliado o de un amigo disminuye con cada alianza adicional que se haga, por lo que la mejor alianza es aquélla en la que tu aliado te coloca por encima de cualquier otro”, explica Kurzban. Kurzban señala que, según esta hipótesis, “no se trata de lo que tú puedas hacer por mí sino de hasta que punto te gusto”. Es decir, que cuanto más te guste yo más me gustarás tú a mí como amigo, porque contigo tengo más segura la ayuda que con otros. La Hipótesis de la alianza para la amistad humana serviría asimismo para explicar algunos comportamientos humanos que teorías anteriores no habían podido explicar. Por ejemplo, el porqué de que a la gente le preocupe tanto las comparaciones con otros miembros de su propio círculo social; o el porqué de que surjan celos y agresividad en grupos de amigos, a medida que las alianzas cambian y/o se mantienen. Por último, si esta hipótesis es correcta, se entendería mejor que la gente se beneficie de clasificar estratégicamente a sus amigos, en función de su propia posición en los rankings de éstos. Para emplear estas tácticas en sus amistades, tácticas muy similares a las utilizadas entre naciones, la gente necesita recoger y almacenar información sobre otras amistades de sus amigos. Esto es, debe comprender con facilidad el mundo social, no sólo desde su propia perspectiva, sino también desde las perspectivas de sus amigos. Amistad difícil de comprender Aunque la amistad es un elemento central de la vida social humana, desde la perspectiva de la evolución, sus funciones han resultado siempre difíciles de comprender. La amistad humana ocurre entre individuos que no son parientes ni están emparejados, por lo que la función de este comportamiento cooperativo no está tan clara como la de los comportamientos que implican la reproducción o la transmisión genética. Relaciones similares han sido observadas en especies no-humanas, como las hienas, que utilizan compañeros para conseguir acceso a los animales muertos que las alimentan, y se han hecho considerables progresos en la comprensión de ellas en estos casos. Sin embargo, las funciones de la amistad entre humanos han sido más escurridizas.


La amistad y el delito

TOÑO VEGA
JOAN BARRIL
Escribo rodeado de pequeñas imágenes que han ido conformando mi propia educación sentimental. Ahí tengo el cohete lunar de Tintin, un dibujo a lápiz de mi familia hecho con maestría y celeridad por la mano de Quim Roy, el libro de Cesare Pavese en cuyas guardas mi amigo Joan Ollé escribió las letras más bellas de nuestra juventud y, ahí encima de la estantería, iluminando la estancia con su sonrisa pícara, una foto poco conocida de Ernesto Che Guevara. Somos en las cosas y nos cuesta prescindir de ellas. Será tal vez porque se nos hace difícil ahora negar que todo lo que somos es porque algún día fuimos.De la misma manera que conservo esas pruebas enfriadas de mi paso por el mundo, también me pregunto por los amigos. La amistad es un sentimiento que perdura. Mientras el amor exige una constante renovación del vínculo, la amistad se basa en la confianza permanente de los amigos. De las pocas cosas realmente nobles que en alguna ocasión me han adornado, recuerdo el día en el que en el consejo de redacción de otro periódico que no era este el director inició una salvaje diatriba contra un intelectual por aquel entonces muy prolijo en los medios de comunicación. Las invectivas del director se contagiaron al resto del grupo y el linchamiento del escritor ausente pronto fue un clamor. Hacía poco tiempo que había entrado a formar parte de aquel legendario diario y supongo que me vi obligado a marcar territorio. Me levanté de mi silla y dije con voz solemne: «Antes de proseguir debo anunciaros que me honro con la amistad de ese escritor al que estáis criticando. De continuar así, me veré obligado a abandonar esta reunión». Y al igual que el poeta, fuimos de nuestro corazón a nuestros asuntos.El amigo debe ser un embajador del amigo ausente. Pero ¿qué sucede cuando de pronto nos enteramos de que nuestro amigo ha sido detenido por la justicia o está incriminado en un acto de violencia o cae sobre él la sospecha de algún delito? El caso Pretoria es un buen momento para que todos nos pongamos a reflexionar sobre los límites –si es que los hay– de nuestra amistad con los que, chorizos o no, se encuentran entre rejas. Un amigo no es un juez ni un comisario. La amistad se fundamenta en el pasado común, pero no debería verse condicionada por todo aquello que el amigo cometa en el futuro. Es aquello que hemos vivido lo que nos ha hecho amigos. En ningún caso es aquello que viviremos, que para eso ya está el matrimonio. Por doloroso que sea, la amistad debería permanecer incólume. Ser amigo de un delincuente no significa ser su cómplice, pero tampoco es de bien nacido negarle la compañía, que no la solidaridad. La vida es tan compleja, que a menudo nos tocará exhibir la amistad de gente que ha actuado con deshonestidad. Le increparemos, le haremos llegar nuestra decepción, pero no le dejaremos en la soledad y en la legítima condena.Las amistades no se ponen a prueba en los telediarios, sino en la fotografía que llevamos en la cartera. Y no hay pretexto para callar esa amistad con el argumento de que la vida da muchas vueltas y que tarde o temprano esa confesión de lealtad puede sernos perjudicial. De los actos del amigo se responderá ante la justicia. De nuestros actos, responderemos ante nuestra conciencia. En la cárcel o en la horca, por su mala cabeza o por su ambición desmedida, un amigo en dificultades es alguien al que nunca deberíamos dejarle solo. Su delito le envilece, pero nuestra amistad nos ennoblece.

jueves, 17 de septiembre de 2009


la verdadera amistad

la amistad
El sentimiento mas bello y puro la cual te brinda oportunidades de conocer y aprender de los demás aquel que te hace comprender y saber mas de los que te rodean.
muchas veces hay personas que te rodean y no te saben apreciar sufres y recaes pero tus amigos vuelven ha sembrar esa semilla que dejo de nacer.
conoces personas buenas malas,las que solo se acuerdan de ti cuando les interesa algo y necesitan o buscan algo a cambio.yo solo busco franqueza dulzura y comprencion y lusco ante ellos como un verdadero ser humano.
que irradia la amistad(verdadera,pura)


lo mejor de lo mejor.
la amistad es un sentimiento que se lleva en el alma aquel que te irradia con la compañia de tus seres queridos.fue creado desde que los conoci.
te sientes feliz,te hace llenar el alma y hece gozar a la persona

como te sientes al llevar una gran amistad:

la amistad verdadera fuente de alegria y entuciasmo con lucides brindo por las que mas quiero